domingo, 12 de febrero de 2012

Las claves de la dimisión de Adolfo Suárez

Fuente original: Cadena Ser
Era el 29 de enero de 1981. La sociedad española conocía la noticia a través de la televisión. Iñaki Gabilondo era entonces Director de los Servicios Informativos de la televisión pública y, para él, el anuncio de Suárez "era el resultado del proceso de descomposición interna que estaba viviendo UCD". El también periodista Fernando Ónega y Jefe de Prensa en Moncloa cuando Suárez llega al poder añade: "Suárez vivía un momento de fuertes presiones por parte de la CEOE y sufría una durísima oposición por parte del PSOE", quien ya adivinaba su próxima victoria en las urnas. Ónega interpretó en las palabras que Suárez pronunció, en las que no mencionó al Rey, "que el presidente había perdido la confianza del Monarca".
A quienes relacionaron entonces la dimisión de Suárez con el posterior golpe de estado, el 23F, les contestó el propio ex presidente años más tarde "Si hubiera tenido la más mínima información en torno a un intento de golpe de estado, ni hubiera dimitido ni se hubiera producido el Golpe de Estado".
Ónega, buen conocedor de la figura política y la personalidad de Suárez cree que, "si fueran ciertas las supuestas presiones del poder militar, Suárez se hubiera engrandecido ante ellas" y Rodolfo Martín Villa, quien en 1981 dirigía el Ministerio de Administraciones Públicas, recuerda que "Suárez creía resuelto cualquier problema con los poderes fácticos de entonces, con el ejército, la iglesia o la banca". A Martín Villa la decisión de Suárez le sorprendió, pero no le extrañó. Lo mismo le sucedió a Javier Fernández López, Delegado del Gobierno de Aragón, militar en activo aquel año y autor de "Diecisiete horas y media. El enigma del 23F", "Suárez había delegado las relaciones con el ejército a Gutiérrez Mellado y si hubiera sospechado el posterior golpe, no hubiera dimitido".